Dijo
que cuando explotara,
avisaría al abismo
desde a dentro de la Tierra
de las vueltas sin salida
ni traiciones.
Hundidos en cultivos
de malas rachas,
para olvidar,
para crecer,
rescatarnos del andén
que a su vez,
se mece en las pupilas
de su estrellado cielo
a punto de tirarse del balcón;
a solas con el viento
en silencio de ciudad
de pájaros.
M. C.
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