Dalí ilustró otro de los descubrimientos de Freud. El dijo:
”...un sueño típico con un tema largo, consecuencia del despertar causado por un accidente repentino”.
En la música todos los sentimientos vuelven a su estado puro y el mundo no es sino música hecha realidad.






Arthur Schopenhauer
Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro, qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes, mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol.
Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.




Aplastamiento de las gotas
Julio cortázar
Quién sabe, Alicia, este país,
No estuvo hecho porque sí
Te vas a ir, vas a salir
Pero te quedas, ¿dónde más vas a ir?
Y es que aquí, sabes…

El trabalenguas… traba lenguas
El asesino… te asesina
Y es mucho para ti

Se acabó ese juego que te hacía feliz

No cuentes lo que viste en los jardines,
El sueño acabó
Ya no hay morsas
Ni tortugas

Un río de cabezas aplastadas por el mismo pié
Juegan cricket
Bajo la luna

Estamos en la tierra de nadie, pero es mía
Los inocentes son los culpables, dice su señoría
El rey de espadas…

No cuentes qué hay detrás de aquél espejo,
No tendrás poder
Ni abogados
Ni testigos

Enciende los jardines que los brujos piensan en volver
A alumbrarnos
El camino
Estamos en la tierra de todos, en la vida
Sobre el pasado y sobre el futuro, ruina sobre ruina
Querida Alicia...


Charly García
Se imaginó libro.
Su piel de cuero y sus piernas de papel, por fin delgadas. Sin embargo, se sentía pesada. Todo el tiempo. Caminaba arrastrándose, llevando con ella a cuestas un mar de palabras que se mezclaban con cada sacudida de su cuerpo. Lo que antes decían ya había cambiado. Las íes habían suplantado a las erres, y donde había un punto ahora sólo existía el vacío. Era un caos. Debía quedarse quieta, de lo contrario las palabras se seguirían entremezclando, cada vez más, hasta volverse tan absurdas que desaparecerían. Se sentó por fin debajo de un árbol. Se abrió y comenzó a leer. A leerse.



Debemos arrojar a los oceanos del tiempo una botella de náufragos siderales, para que el universo sepa de nosotros lo que no han de contar las cucarachas que nos sobrevivirán: que aqui existió un mundo donde prevalació el sufrimiento y la injusticia, pero donde conocimos el amor y donde fuimos capaces de imaginar la felicidad.





Gabriel García Márquez



En algún momento la calesita se detendrá,

así que antes de elegir como actuar
piensa que es preferible que cuando deje de girar
te encuentre parado, con los brazos cansados por pelear, y no sentado cómodo mirando las cosas pasar.















Había un loco en una calesita,
casi desnudo y con la vista enferma
y daba vueltas y se sonreía
y silbaba bajo por no molestar
y Dios es una máquina de humo.










. pelean una
Se por color
. de mano





{me dijo que no le gustaba pintar con colores .}












Pero éste lugar nunca lo habia visto antes .



Escapé.-












encontré una valija llena de pájaros:

hay un color que no entiendo;


-má, algún día un pájaro verde vendrá a buscarme?
-no




















f.nightshade

tiempo de nada






Espacio encantado:

tiempo de luciérnagas en la boca.








Florencia Del Gesso
Nochevientre










Cuando es la noche,
cinco soles reinan el espacio encantado:
nombrar la lluvia es un insulto;

pero estas voces
que a gritos confiesan la niebla,
yo no las traje.



Florencia Del Gesso





Mas nunca supe si era yo

la que vestía ese rostro de luna;
o esa voz de tiniebla abandonada.




Florencia Del Gesso.














{El oficio de dormir;
mi escena preferida .}























¿Vamos? Vamos .




Hojas nuevas


pero gastadas

por el sol

y sus viajes,

por el reloj

y su kilometraje;

por su largo saco

de ningún sastre .



















{Descansar mis pupilas y los dedos del pie,
me hizo acordar que tengo que aprender a silbar.}









.






Cerrar los ojos y recortar todo a mi manera

con la punta de la nariz,

sentada al revés,

por supuesto .


















Son destellos desenfrenados de silencios,

búhos que van y vienen en chasquidos de mis dedos;











Aprendí a descalzar mis temores


y serruchar mis ventanas,














{Todo en una sonrisa .}

T i z a s





La noche no es tan larga como pensé siempre,

aunque todavía busco esa palabra que me hace falta.-





- ojos cerrados -









Perseguir

colores

sensatos

llenos

de

magia.









Rastros de juguetes viejos
saludando de nuevo el sol,
por favor,
vení a jugar conmigo.



































{corre;
pero todavía no me alcanza.}






Esbozada sonrisa de luna

que espera ansiosa el regreso

de su mascota preferida,

ayer saltó por la ventana;











{yo crezco más

rápido}























Todavía espero.-

Palabras.


Afortunadamente hay palabras para todo. Afortunadamente existen algunas que no se olvidarán de recomendar que quien da, debe dar con las dos manos, para que ninguna de ellas se quede lo que a otros les pertenecería. Así como la bondad no tiene porqué avergonzarse de ser bondad, tampoco la justicia deberá olvidarse de que es, por encima de todo, restitución, restitución de derechos. Todos ellos, empezando por el derecho elemental de vivir dignamente. Si a mí me mandaran colocar por orden de precedencia la caridad, la justicia y la bondad, el primer lugar se lo daría a la bondad, el segundo a la justicia y el tercero a la caridad. Porque la bondad, por si sola, ya dispensa la justicia y la caridad, la justicia justa ya contiene en si caridad suficiente. La caridad es lo que resta cuando no hay ni bondad ni justicia.


José Saramago

Defensa de la alegría


Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

defender la alegía como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y de la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.


Mario Benedetti

"... No estaba tan borracho como para no sentir que había hecho pedazos su casa, que dentro de él nada estaba en su sitio pero que al mismo tiempo -era cierto, era maravillosamente cierto-, en el suelo o el techo, debajo de la cama o flotando en una palangana había estrellas y pedazos de eternidad, poemas como soles y enormes caras de mujeres y de gatos donde ardía la furia de sus especies, en la mezcla de basura y placas de jade de su lengua donde las palabras se trenzaban noche y día en furiosas batallas de hormigas contra escolopendras, la blasfemia coexistía con la pura mención de las esencias, la clara imagen con el peor lunfardo. El desorden triunfaba y corría por los cuartos con el pelo colgando en mechones astrosos, los ojos de vidrio, las manos llenas de barajas que no casaban, mensajes donde faltaban las firmas y los encabezamientos, y sobre las mesas se enfriaban platos de sopa, el suelo estaba lleno de pantalones tirados, de manzanas podridas, de vendas manchadas. Y todo eso de golpe crecía y era una música atroz, era más que el silencio afelpado de las casas en orden de sus parientes intachables, en mitad de la confusión donde el pasado era incapaz de encontrar un botón de camisa y el presente se afeitaba con pedazos de vidrio a falta de una navaja enterrada en alguna maceta, en mitad de un tiempo que se abría como una veleta a cualquier viento, un hombre respiraba hasta no poder más, se sentía vivir hasta el delirio en el acto mismo de contemplar la confusión que lo rodeaba y preguntarse si algo de eso tenía sentido. Todo desorden se justificaba si tendía a salir de sí mismo, por la locura se podía acaso llegar a una razón que no fuera esa razón cuya falencia es la locura."


Capítulo 18
Rayuela

Castles Made Of Sand


Down the street you can hear her scream youre a disgrace
As she slams the door in his drunken face
And now he stands outside
And all the neighbours start to gossip and drool
He cries oh, girl you must be mad,
What happened to the sweet love you and me had?
Against the door he leans and starts a scene,
And his tears fall and burn the garden green

And so castles made of sand fall in the sea, eventually

A little indian brave who before he was ten,
Played wargames in the woods with his indian friends
And he built up a dream that when he grew up
He would be a fearless warrior indian cheif
Many moons past and more the dream grew strong until
Tomorrow he would sing his first warsong and fight his first battle
But something went wrong, surprise attack killed him in his sleep that night

And so castles made of sand melts into the sea, eventually

There was a young girl, whos heart was a frown
cause she was crippled for life,
And she couldnt speak a sound
And she wished and prayed she could stop living,
So she decided to die
She drew her wheelchair to the edge of the shore
And to her legs she smiled you wont hurt me no more
But then a sight shed never seen made her jump and say
Look a golden winged ship is passing my way

And it really didnt have to stop, it just kept on going...

And so castles made of sand slips into the sea, eventually.

Jimmy Hendrix

Conservación de los recuerdos


L
os famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamarlos en la siguiente forma: Luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra la pared de la sala, con un cartelito que dice: "Excursión a Quilmes", o: "Frank Sinatra".
Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: "No vayas a lastimarte", y también: "Cuidado con los escalones". Es por eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras en las de los cronopios hay gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se quejan siempre de los cronopios, y los famas mueven la cabeza comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio.

Julio Cortázar

Jugar por Jugar


Sugiero que el más triste de los presos
tenga derecho a sábanas de seda;

bendita sea la boca que da besos
y no traga monedas.

Propongo corromper al puritano,
espiar en la ducha a las vecinas,
ir a quitarle al dios de los cristianos
su corona de espinas.

Nada de margaritas a los cuerdos,
hay que correr más que la policía
para bailar el vals de los recuerdos
llorando de alegría.

La vida no es un block cuadriculado
sino una golondrina en movimiento
que no vuelve a los nidos del pasado
porque no quiere el viento.

Se aconseja dormir a pierna suelta
lejos de tentaciones de diseño,
que no pase de largo por tu puerta
el hombre de tus sueños.

La rana esconde un príncipe encantado,
tu boca un agridulce de membrillo
¡qué ganas de un cursillo acelerado
de besos de tornillo!

Y jugar por jugar
sin tener que morir o matar,
y vivir al revés
que bailar es soñar con los pies.

Conviene entrar penúltimo en la meta
de la vuelta a la infancia en patinete
y fusilar al rey de los poetas
con balas de juguete.

Por qué no doctorarse en cremalleras
como hace la hormiguita por tu espalda
e hilvanar con jirones de banderas
braguitas rojigualdas.

Hacen falta cosquillas para serios,
pensar despacio para andar deprisa,
dar serenatas en los cementerio
muriéndose de risa.

Joaquín Sabina.

Donde termina cada recorrido


¿Y después que sigue? ¿Cuándo empieza la película? ¿Cuándo termina? Cuando apagué la luz, las palabras venían solas. A lo mejor es preferible escribir a oscuras. Todo me parece diferente ahora, pero no estoy aquí para hablar de eso ahora. Ahora hay otras cosas que tienen más importancia. ¿Cómo se llama el ruido que produce la caída de una piedra en la boca ó estómago de algún río? ¿Por qué los colores se me hacen tan extraños a veces? A veces quiero escapar pero no puedo. Puedo contemplar el silencio de una playa con los ojos cerrados, pero no su amanecer. Amanecer pensando en que hay una hermosa luz atravesando mi ventana, que es temprano y hay mucho por hacer, es vivir. Vivir...
¿Qué es vivir?

You and I and Dominoes


Salí buscando algo que no dejé enterrado sino por balas de un mal presentimiento de que iba a caer mi bicicleta rodando en aquella colina, donde todo parece irreal hasta el pájaro que vi lentamente morir en su jaula, tambaleante, pidiendo ayuda, mordiéndose los dientes, el titiritero a carcajadas ya, desplomándose de risa de la desgracia de otros ojos de mar.

¿A quien le iba a preguntar sino a vos, porqué todo es tan diminuto, todo pasa desapercibido, transparente y mudo?
Bajo abstractas letras que no recuerdo, muerdo y escribo lo que no veo, cómplice de una indeseada noche de remordimientos toscos, pero útiles, prontos, en vano ahora, sobre tus manos, sin huellas.

Las cosas buenas y las cosas malas de la memoria y sus viajes

Por la ventanilla observaba una incandescente sonrisa en grandes charcos de cemento, aparentando estar calma, pero muy inquieta, estrellando suspiros sobre el cristal, recordando lo que no digo.
Casualmente intentaba imitar la indiferencia de mi compañera de asiento, pero me fue difícil, me es difícil recordar que sabía de que se hablaba en aquél subibajas, pero me es útil al mismo tiempo.
A las apuradas, acelerados, como si se les fuera a terminar el suelo por donde corren, creen hacer todo bien, muchas veces no se fijan en eso. La ventanilla de aquél colectivo era un poco extraña, pero real, no estamos acostumbrados a hacer este tipo de observación, no estamos acostumbrados a mirar por esos vidrios detalles precisos.
Rastros sacudidos de lo que eran relojes mentirosos, hundidos en ojos perdidos en algún oscuro rincón, indicisos, como siempre.
La hermosa sensación de no tocar el suelo con los pies, ese momento único donde todo me sale bien, donde no se necesita de otras cosas para ser feliz, sólo lo sentía cuando dormía.
Pero al bajar, todo vuelve a ser igual. Y quedan sombras sin contar.