El instante perfecto



para sentarme acá, donde siempre

pero intentar no hacer lo de siempre. No ser un siempre.

Ser un algo más.

Un paseo con ojos saltones, una cura a algo dormido.

Té con limon.

Ya no es lo mismo.

Una cura a algo dormido.

Pensar ya es diferente.

Ahora lo evito,

evito toparme con esas cosas.

Colgada de una ramita,

donde toda su inmensidad en colores se hacen grises

y no pesan nada en esa ramita.

Ya no pesan sus pensamientos, sus dolencias.

Sus pesares, sus angustias.

Ahora pesa la belleza, pero en el aire.

Por eso se mantiene quieta, en su ramita.

En gris,

en una cura a algo dormido.



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